EZEQUIEL BARAJA

Una serie de malas decisiones y amistades equívocas guiaron a Ezequiel hacia el delito. Un robo a mano armada fallido, a la cárcel. Un cambio de destino, al equipo de rugby carcelario Los Espartanos. Y así, durante su condena, descubrió una oportunidad que nunca antes se había presentado en la vida al estar en libertad y logró darle un giro a la vida delictiva.

Después de 10 años en la cárcel y varios días en „el buzón“ (celda de castigo) Ezequiel decidió volver al penal como entrenador de Los Espartanos y trabaja en el grupo de asistencia de gente en situación de calle del Gobierno de la Ciudad. Subió el Monte Elbrus y el Aconcagua.

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